miércoles, 22 de junio de 2011

Vueltaenu presenta: Las 100 mejores del rock tico - Parte 2 (90-81)

Seka: el grupo más perro del país

Gracias por su sintonía, en caso de que ya pasaran por la primera parte de este especial. Como habrán notado, la frecuencia de publicación de las entregas es indefinible, pues cae en la categoría "cuando tenga tiempo". Aún así, la fe es al menos compartirles una decena de canciones semanalmente.

Vale el espacio para agradecerle a Manuel Montero, quien desde su excelente programa El chivo, de radio 104.7 Hit, mencionó este esfuerzo y lo recomendó. Manuel es un gran tipo y de los maes con los que más disfruto hablar de música nacional.

Cumplido el protocolo, entremos en materia.

90. Contraproducente, Nada

Primera de las dos apariciones en la lista de uno de mis grupos locales predilectos y que, definitivamente, estaba para más, para mucho más.

Fui, soy y seré un nadahead, primero porque los cuatro integrantes de esta banda son gente excelente y que aprecio en paleta y, más importante aún, porque su música me pegó durísimo desde el inicio.

En el Rock Fest del 2003 conocí en persona a Kurt Dyer, aunque ya habíamos interactuado antes en el foro de Filtrocr. Ese día Kurt estaba medio achantado, dado que a Nada le dieron el puesto abridor del festival y poca gente los oyó... ¡el mae se moría por darle ante un llenazo!

Los llenazos llegaron y de qué manera. A pesar de ser un grupo indisciplinado, intermitente y vago, Nada llenaba cualquier chante. Eran los años gloriosos del foro de 89decibeles (nos la creímos tanto que luego nos autonombramos "vieja escuela") y Nada era la banda chineada, de la que nadie hablaba mal, la que era casi obligatorio seguir.

En aquel contexto, Contraproducente era uno de los puntos altos de sus presentaciones (y es que duraron taaaaaaaaaaaaantos años en sacar su bendito disco que Nada se tornó más bien sinónimo de la experiencia en vivo). Yo amo ese concepto que muchos entendimos y compramos como "rock alternativo" y Nada siempre me sonó a eso.

La letra creo que solo Kurt la llegó a entender del todo... bueno, y José Esquivel, quien hizo un inigualable análisis semiótico el 16 de julio del 2004 (compas, estamos viejos).



89. Mundoloco, Modelo Para Armar

Modelo Para Armar fue, sin saberlo, el primer gran súper grupo de Costa Rica. Hagan la suma de estos nombres y entenderán lo anterior: Mario Maissonave, Bernal Villegas, Gonzalo D'Trejo, Rafa León y Carlomagno Araya/Gerardo Mora.

Hoy, con tanta música en actitud in your face, un rock como el de MPA nos sonará inocente, incluso superficial. Pero ubiquémonos a finales de los 80, cuando la radio era la que imponía los éxitos musicales, era entendible que una tienda se llamara LP45 y los artistas foráneos dominaban nuestros gustos. Fue en ese contexto en el que MPA pegó, a pesar de tener a toda la lógica del mercado en contra.

Mundo loco es un tema roquero, eso no tiene quite, con mucho de new wave y Soda Stereo. El solo de Bernal es de los primeros indicios del genio que se convertiría desde la guitarra y Mario demuestra que, más que el primer rockstar criollo, siempre debemos recordarlo como un cantante de lujo.



88. Ser normal, Mal de Patria

¿Quiénes? Sí, Mal de Patria no es una banda de dominio para el gran público, lo cual hace aun más meritorio el que esté en el listado.

Un grupo de punk con pitos. Así fue como se autodefinió en su momento esta agrupación, muy gustada en la escena under y que su buen poco sonó en Radio U. Su montaje en vivo siempre se caracterizó por la intensidad y el ocurrente vestuario de sus integrantes. Y no estoy seguro si es correcto que hable de Mal de Patria en tiempo pasado, pues ignoro su suerte (en Myspace aún siguen en línea).

Esta versión de Youtube de Ser normal suena bien mal y está incompleta, pero les da una idea de la locura que hacía este gentío en concierto. Si quieren más datos de su homónimo disco de tiraje limitadísimo, lléguenle por acá.



87. Wall of Pain, Sight of Emptiness

La pieza más pesada entre las 100 y única presencia del que ha sido el grupo metal tico con mayor proyección internacional de la última década.

SOE hace música extrema, difícil de programar en las ya de por sí cerradas radioemisoras nacionales y de perfil poco comercial. Y nada de lo anterior le ha impedido trascender, ser reconocida, ser un nombre referente de la música costarricense. Puede ser que a uno no le guste el tarro pero hay acuerdo generalizado en que SOE es de lo mejor que ese género ha producido en el país.

Wall of Pain es de sus temas más populares entre la cholada. Escúchenlo y lo entenderán todo.




86. Cartas marcadas, Akasha

Al igual que Percance, Akasha es otro grupo que tendría una presencia muy diferente en esta encuesta si se hubiera realizado en meses más recientes. Y, aún así, cuando lanzamos la votación, en el 2009, se contó entre  los grupos más votados por el público, aunque no tanto por los expertos consultados.

Cartas marcadas es uno de los dos sencillos de su álbum debut aquí incluidos y, en mi opinión, una de sus canciones más poderosas (me gusta mucho más que, por ejemplo, la reciente Alunizar).

Si tengo que escoger, me quedo con el Akasha de aquel primer disco, con un sonido más crudo y pesado que el actual, más pulido y calculado para coquetear con el rock pop.



85. 7, Sintagma

La canción con el título más corto de la lista viene a ser también la única presencia de Sintagma, grupo que al momento de elaboración de esta encuesta acababa de anunciar su desaparición. Hasta ahí llegó su podergaspicha.

El primer Sintagma fue el que grabó "7".
Sintagma es una banda que vino de menos a más. Se cuenta entre los grupos jóvenes que se lanzaron desde el finado Escondite, aquel recordado bar de Santa Ana, junto a otras bandas contemporáneas como San Lucas y La Quinta Esencia.

La agrupación de metal (que nunca fue tarro, sino más bien tirada hacia lo alternativo) vivió dos etapas, con cambios sustanciales en su formación y sonido, aunque siempre gravitando alrededor de sus dos figuras de más peso (literalmente): José Soto (batería) y Ricardo Chamberlain (guitarra). 7 data de la primera época, con la voz de Randall Aguilar y el bajo de Fabián Mata. Creo que su trascendencia se debe –al igual que en el caso de 500 años, de Mandrágora– a su inclusión en el disco compilado del Rock Fest 2001, que tuvo mucha difusión y ventas.

Sin embargo, yo me quedo con el segundo Sintagma, el que incluyó a Vinicio Barrantes y Jacobo Chaverri. Fue con ellos que el cuarteto grabó Vestigios, uno de los mejores discos de metal hechos en nuestra aldea Ticolandia, y que, lastimosamente, vio la luz cuando la banda ya era pretérito. ¿Lo quieren? Bájenlo por acá, que es gratis.

En cuanto a 7, me quebré la cabeza tratando de buscar alguna versión embedeable pero qué va (ni Chamber me pudo ayudar). Una grabación distinta y mejor breteada a la del disco del RF viene en el álbum debut de la banda, D100DDAI. Pueden escucharla por acá.


84. Amarily Love Reggae, Mekatelyu

El clarinete de la intro, ¿quién no lo reconoce?

Johnnyman empezó a construir su leyenda con este tema, al punto de que han pasado 12 años desde su lanzamiento y aún es inevitable moverse a su compás y captar la vibra positiva de la canción.

Previo a Amarily Love Reggae, el reggae roots tico era invisible, a menos que contemos los covers de Baby Rasta. Fue hasta que llegaron Johnny, Gabo, Goyo y Pablillo que se desató la fiebre por ese género musical, al punto de que hoy tenemos más bandas de roots que cantantes de reggaetón (bueno, en realidad no hay cantantes en el reggaetón).

Mekatelyu empezó como un cuarteto, con la fama se tornó en una tropa de más de 10 almas y en tiempos recientes terminó reduciéndose al acto solista de Johnnyman. Y, sin importar la modalidad de turno, esta canción siempre seguirá vigente.



83. Oiga pito, Café con Leche

Esta canción es la síntesis del acto de comedia musical que fue Café con Leche en los inicios.

Lenguaje coloquial, menciones gastronómicas (ceviche, arreglados, empanadas) y esa entonación pachuca que solo a Jose Capmany le ha salido tan bien. Ah, y además con un buen mensaje de fondo.

La escuché en vivo en 1989, en el gimnasio del Liceo de Curridabat. Yo, con 12 años, estaba en sétimo año y aquel era mi primer concierto de rock (tamaña llorada me pegué para que me dejaran ir). Café con Leche se presentó aquella noche y no olvido a Jose rodando por el suelo, hecho un colocho con la guitarra, y gritándonos en la cara que no fuéramos mediocres. Esa noche quedé enamorado del rock and roll.



82. Blankanieves, Xpunkha

Me duele que esta sea la única canción de Xpunkha en colocarse en la lista, pues es de esos grupos por los que siempre me puse la camiseta de fan.

Blankanieves es una canción de amor y su letra es puro dolor. Se trata, sin duda, no solo de unos de los mejores temas de Xpunkha, sino también la muestra perfecta del gran letrista que es Lukrezia Snakepit Mindless.

Lukrezia es quizás el mejor showman del país: un mae que, literalmente, deja la sangre en escena. Las primeras versiones de Blankanieves tenían la estrofa acústica a cargo de Huevo Da Weed, tarea que después fue asumida por Markony Della Mafia.

La versión que les adjunto me es especialmente significativa, aunque no por los motivos correctos: fue grabada en un chivo de aniversario de Punto de Garaje, en Terramall, mismo en el que un hijueputa de seguridad casi me arranca la cabeza, al sacarme del cuello del concierto por haber ingresado con un alimento "no autorizado".



81. No vuelvo mas, Seka

¿Hay canciones que les lleguen tanto como para casi hacerlos llorar? Pues bien, eso me pasa con No vuelvo más.

Seka ya la había lanzado en versión punk en el Cantar opinando, del 2002, pero ni ellos ni nosotros sabíamos aún que la canción definitiva saldría hasta el 2004, cuando vio la luz el Sesiones acústicas. Con influencias enormes del country, No vuelvo más se tornó un clamor imposible de olvidar. "Yo aprendo de la vida y de todas las alegrías que me dan mis amigos" es solo parte de una letra enorme, que al oírla me provoca salir corriendo a abrazar a mis compas de toda la vida, los mismos con los que aprendí lo que en serio vale.

No vuelvo más me hace sentir que sí se puede, que lo que viví sentado en una acera o en el parque de Curri es mucho más valioso que toda la basura que tratan de vendernos las figuras de poder. No vuelvo más es la que me reafirma que contra Rodrigo Arias y Ángel San Casimiro sí hay respuesta.


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