viernes, 5 de abril de 2013

Dark Side of the Moon: testimonial





El Dark Side of the Moon, de Pink Floyd, cumplió hace dos semanas 40 años de leyenda. Y sentí que debía decirse algo, ojalá mucho, al respecto.

El problema es que no soy ni de cerca fanático ni del disco ni de la banda. Sé que reconocer esto es casi declararse analfabeta en términos de rock and roll pero ni modo: de Pink Floyd conozco poco más allá de sus éxitos, la etapa psicodélica me da migraña y mi disco predilecto es el quemadísimo The Wall.

Sin embargo, no hay que saber mucho de arte para entender que Van Gogh era un genio. Y lo mismo pasa con Pink Floyd: es verdad universal que hablamos de una de las mejores bandas de todos los tiempos y que su legado se sostiene, precisamente, sobre el DSOTM.

Por eso, ante mi imposibilidad de aportar una opinión válida sobre el tema, busqué a los que sí saben. Mi intención original era juntar 40 testimonios pero al final me conformé con poco más de la mitad: eso sí, pura carnita.

Amigos y conocidos, músicos en su mayoría, se tomaron el rato para mandarme sus recuerdos del disco que para muchos es la piedra angular del rock moderno. A todos ellos les agradezco el aporte y entusiasmo.

A continuación, sus testimonios.


1. Hay discos que uno simplemente no recuerda en que momento aparecieron en el camino. Con el Dark side of the moon me pasa eso, porque siento que siempre estuvo conmigo. Sin embargo llegó a tener un valor increíble cuando me di cuenta que iba a ser papá.

Este disco fue el primer que le puse a mi hija estando aún en el vientre, fue el primero que le puse cuando nació y era el que usaba para que ella durmiera. Me sorprendió a su año y medio cuando un día estaba escuchando el disco y ella se me acercó y empezó a hacer su propia versión de los coros de The Great Gig in The Sky. Puse la canción unas 3 veces solo para confirmar lo que estaba viendo. Llorada y media me pegué. Hoy a sus casi 4 años, le pregunto “¿Noelia, recuerda esa canción?” y me responde “Sí pa, es del disco del arco iris”. Sí ese disco me marcó siendo un  joven greñudillo rockero, creo que se llegó a consumar ahora que soy papá.

¿Qué puedo contar del Dark side? Simplemente sigue estando aquí y por lo visto ahora no solo en mi vida.

Pablo Flores “Zuzurro”, psicólogo e integrante del grupo de comedia LaErre.



2. Pink Floyd, mi entrada al rock progresivo.

Dark Side of the Moon y yo tenemos casi la misma edad, pues yo nací seis meses antes de que el álbum se pusiera a la venta. Pink Floyd y yo no tuvimos relación alguna hasta que mi tío Roy me puso a escuchar en su grabadora National de un solo parlante las versiones 1 y 2 de Another Brick in the Wall cuando yo tenía siete años. Semejante bofetada a los sentidos hizo bastante para impactar a un chamaco de escuela.
Siete años más tarde, ya había visto la película de Alan Parker sobre el álbum y estaba en busca de más música de Pink Floyd. Oir los temas de este grupo a los 14 años construyó el ideal de la buena música que tengo en mi cabeza. Para mi, escuchar "Floyd" era estar ante uno de los pilares de la música moderna y el punto de entrada a mi etapa del rock progresivo.

Mi personalidad compulsiva en esas edades me hizo buscar como loco todos los discos de la banda británica. Hace 25 años, buscar música diferente era un trabajo difícil y que requería relacionarse con personajes mucho mayores que yo y deambular por San José en busca de tiendas de discos un tanto fuera de lo normal.

Meses de preguntarle a amigos, conectarme con desconocidos y de rogarle a mi padre que me patrocinara la compra de música en Papa Disco (bajos del centro comercial Omni en San José) me ayudó a repasar con cuidado la discografía del grupo.

La época psicodélica y pre-David Gilmour resultó ser muy densa para mi. Dark Side of the Moon, con la llegada de Sir David Gilmour como guitarrista del cuarteto facilitó mi inducción a este estilo de rock melódico, experimental, oscuro y muy diferente al metal que mantenía enganchado a mis compañeros de colegio.

Además, Dark Side of the Moon me abrió los sentidos para apreciar mejor los discos anteriores.
Pink Floyd ocupa un espacio importante en mi iPhone. Mi hijo, con apenas cuatro años, matiza escuchar el concierto Pulse cuando vamos en carro. Solo nos falta poder ir juntos a verlos en concierto, como muchos tatas han hecho con sus hijos durante los casi 50 años de carrera de Pink Floyd.

David Vargas, periodista.



3. Este disco lo descubrí solo como a los 15 años, buscando música en un foro cuando el Internet estaba en pañales, como quien encuentra arena en el desierto literalmente. Sin embargo desde la primera escucha me cambió la vida. Al día de hoy sigue siendo mi primera opción cuando no tengo idea que escuchar, o cuando de plano quiero relajarme y meterme en un mundo familiar. Esos casi 43 minutos que ocurren desde Breathe hasta Eclipse sirven para dejar el mundo y luego volver a él pero observando todo de otra manera. Lo increíble es que aún al día de hoy sigo descubriendo y escuchando cosas nuevas. Mi disco favorito por mucho.

Herberth Castro, autor del blog Jugador 1.




4. Mis recuerdos de este álbum son a partir de 1980, cuando un compañero del cole le daba al chofer del bus colegial un casete con el disco grabado, por lo que todo el camino disfrutábamos de esa música. Yo, al oír Money, me parecía que había oído esa canción, y rebuscando en los LP de mi hermano mayor, encontré DSOTM. A partir de ahí quedó entre mis favoritos de todos los tiempos.

Eduardo Chavarría, analista de mercado.


5. El disco es como un "tiene que estar". No me extraña que esté entre los 10 mejores de la historia y el grupo, aunque no soy el fan número uno, NO HUBO, HAY, NI HABRÁ BANDA QUE SE LE COMPARE. A mí parecer es el mejor grupo de la historia.

Geovanny Durán, cantante de El Guato.


6. Uno de mis discos favoritos de todos los tiempos, el Dark Side of The Moon, cada vez que lo escuchás lo redescubrís, todo una biblia de como una banda llega a la madurez concentrándose en componer y arreglar la música y acompañarla de increíbles letras que le hablan a todos los seres humanos pensantes con suficiente sensibilidad para dejarse atrapar por esta obra maestra.

Es maravilloso porque lo podés ver en el contexto de la época en que salió en la que Pink Floyd aún no alcanzaba éxito a nivel masivo y lo logró con un disco progresivo, conceptual, experimental y aún mas impresionante, sin un solo tema que calzara en el concepto tradicional de un sencillo para la radio.

Hoy por hoy, salido años antes de que yo naciera, producido por Alan Parsons en el mítico estudio Abbey Road, mantiene indiscutible el récord del disco con mas semanas en los Billboard y un éxito de ventas en el resto de el mundo también.

Aún hoy, en este momento, 827 semanas y contando, en la época donde toda la industria disquera esta cambiando, cuando mas y mas discos se bajan gratis y las ventas en general van de picada.

Los cds y acetatos son objeto de coleccionistas, pero este sigue vendiendo, sigue encontrando nuevas generaciones de jóvenes y no tan jóvenes con oídos hambrientos de música que realmente les cambie la vida.

Desde muy joven escuche canciones sueltas, en conciertos en vhs, en canal 38 que los mas jóvenes no conocieron, o en la radio, en especial Money, pero hace poco mas de una década fue que lo empecé a escuchar de principio a fin, solo o acompañado por otros fans de Floyd y la impresión fue muy poderosa. Cada día me gusta y me asombra más.

Con razón esta banda y este disco han influenciado a tantas personas y músicos u otro tipo de artistas y lo seguirá haciendo.

Rodrigo Chaverri, baterista de Sight of Emptiness y Keep the Gap.


7. El Dark Side es el álbum que menos he escuchado de Pink Floyd... ¡creo que es el único que nunca escuché entero! Rebeldía por su inmensa popularidad, supongo.

Alberto Ortiz, productor e ingeniero de grabación.



8. En materia de Floyd, Beatles, Stones, etc. realmente soy un ignorante...

Al no ser yo anglo parlante (y hasta la fecha sostener esa pésima condición lamentablemente ) mientras todos mis amigos y colegas escuchaban buenísima música británica y gringa... yo estaba escuchando cosas cubanas y argentinas...

Lo que si te puedo decir, musicalmente es que, como ya sabemos, ese albúm y en especial ese grupo son piezas ÚNICAS...  una cosa es ser parte de los artistas del momento o no y otra es ir con el báculo adelante, señalando un camino...  Cuando Fidel (Gamboa), que en paz descanse, escuchaba conmigo algo que le parecía formidable me decía: "es un hallazgo" ... Pink Floyd es un colectivo de "descubridores".

Bernardo Quesada, cantautor y productor musical.



9. El nombre de esta banda ha estado en todas partes desde que tengo memoria. Y creo que muy justamente. No son solo las memorables melodías, también como han sido presentadas. Es impresionante para mi como se desarrollan las canciones y como suenan.

Lo único que conocía yo hasta que Marco Alvarado el Caldo me endosó el Pulse allá por el 95, eran sus hits y de este disco en particular Time y Money.

Money fue muy importante por esa métrica de siete por cuatro que es algo inusual. Time me impresiona aún por esas sensaciones que tengo al escucharla. Algo que más tarde llegué a apreciar en prácticamente toda la obra de esta banda. Esa introduccóon da una sensación como de que estas escuchando campanas y timbres en todas direcciones y los paneos de guitarras de un parlante a otro, no son solo bellísimos, son ingeniosos.

Para mi este disco es una lección invaluable, un gigante de cuatro décadas. Me produce una fascinación imaginar como lo hicieron, que estaban pensando, por qué esa portada, por qué ese nombre, qué escuchaban estos carajos... si no les gusta Pink Floy esta bien, pero esto es una obra de arte.

Ness Chaves, guitarrista.


10. ¡Definitivamente un discazo! La loquera de que se sincronice con el Mago de Oz, es otra de sus particularidades.

Gabo Dávila, fundador y bajista de Moonlight Dub Xperiment.





11. Un disco muy adelantado para su época .Prácticamente olvidado por las radios nacionales del momento, con excepción de Radio Top12 (la emisora de rock progresivo de los 70's ), que lo programó completo, y Radio Uno qué sonaba Money y Time (esto lo hicieron hasta después de 1975 cuando estas emisoras aparecieron en el dial). Personalmente era un disco demasiado elevado para mi edad (12 años) pero con el tiempo le fui agarrando el gusto y tuve la gran dicha de comprarlo en acetato. Puedo decir con seguridad que es un disco que puede estar en el Top 10 de la vida de muchos de nosotros, sobre todo de los que tenemos más de 40 años.

Marcos Blanco, publicista y realizador audiovisual


12.  El disco y el cumpleaños sí, grandes ...pero creo que la vigencia en medios es menor de la que percibimos. En general la importancia de la música en si (cualquier estilo) es menor ahora y va en decrecimiento con respecto a lo trascendente que era un álbum o tema hace 40 años o más.

Estilísticamente una muestra madura del avantgarde y rock. Me hace pensar que el mundo dejó de evolucionar hace ya un buen rato y que la música popular cambio de horizontes precisamente para no tener más casos que robaran la atención de temas y artistas mas efímeros que permitían mejor rotación de ventas.

Darren Mora, productor de conciertos y conductor de radio


13. El DSOTM, (como todos los que sacó Pink Floyd en los 70s), es un disco emblemático. Así como el Animals, The Wall, Wish You Were Here, Meddle, etc. son discos que uno nada mas pone "PLAY" y son una experiencia única.

Lo que mas me gusta del DSOTM es que no puedo realmente poner en palabras porque el disco es tan relevante y tan bueno, simplemente lo es.

Antonio Masís, bajista y cantante de Pneuma.


14. Como dicen: sin cacao no hay chocolate. Y es lo mismo: sin lo increíble hecho por PF –ellos le dieron un nuevo sentido y sabor a la música– gracias a ellos hoy el rock, metal, alternativo y demás tenemos una muy buena base. STAY METAL.

Nelson Guillén, cantante de Agressor.


15. Mi llegada tardía al DSOTM:

Por muchos años, Pink Floyd fue sinónimo de una película prohibida para menores, una luz roja parpadeante en la versión original del Pulse y un vídeo hermoso pero extraño como High Hopes. Sin embargo, hasta 1999 conocí por primera vez “el prisma” en las camisetas desgastadas de muchos vagos del pretil que observaba cuando me dirigía apresurado a la Carlos Monge para estudiar, y juzgué mal el disco vinculándolo con gente desobligada.

Los años pasaron y tuve un reencuentro con Pink Floyd por el amor que profeso por High Hopes y, en mi afán por disfrutar una versión reciente, llegué a Live in Gdansk de Gilmour y Wright, donde escuché por primera vez Time, Breathe y Speak to Me. Avergonzado por mis prejuicios, admito lo mucho que perdí al no conocer antes el DSOTM. Ahora, cada vez que lo escucho, siempre le encuentro algo nuevo, lo interiorizo cada vez más y me maravillo de su capacidad para permanecer actual y vigente año tras año, y me juro no ser víctima de mis prejuicios musicales nunca más.

Fabián Fernández, abogado y baterista.


16. El DSOTM me remite a mi primer año de la Universidad, jajaja... hace muchas lunas ya. No sé si me ayudaba o más bien me dispersaba... porque es un disco de puta madre. Lleno de detalles. Fue una cátedra de "detalles". Y cómo los detalles hacen la diferencia entre una buena obra y una obra maravillosa. Como ese disco.

Miguel Solari, cantante y guitarrista La Escafandra.


17. En mis épocas colegiales fue cuando me presentaron a Pink Floyd. Pocos años más tarde, en los primeros de universidad fue cuando pude escuchar de tajo a rajo el TDSOM, gracias a la genial idea de incluirlo completito en el Pulse (con luz roja incorporada que aún funciona).

Las letras de este disco se las he recetado a todo el mundo para sus clases de inglés, creo que es porque no me parecen complicadas y porque algunas son cortas.

Resulta que un buen día lo tenía puesto y como siempre ennotadísimo. Tocaron a la puerta y era el señor del ICE que venía a cambiar el teléfono (tiempos aquellos cuando el ICE daba los teléfonos). El señor pasó y realizó su trabajo. Ya casi al terminar se vuelve y me dice: –qué música más rara escucha usted–. La verdad es que no supe que responderle, pues creí que era tontera decirle que se trataba de Pink Floyd y quiénes eran. Creo que el tipo estaba un poco asustado por los parlamentos y por On the run.

El disco se lo presenté con gusto a mi esposa cuando aún éramos novios, ella como buena música, supo de inmediato que se trataba algo de calidad y llamó su atención. De alguna manera estaba seguro que a ella le iba a gustar y así fue. Actualmente se escucha Pink Floyd con gusto en la casa.

Sergio Morales, periodista.




18. Al oír Pink Floyd por primera vez, uno sabe que esta ante algo diferente. Al oír el Dark Side Of The Moon, uno sabe que esta en presencia de un genio. Tuve el gusto de ver a Roger Waters tocar el disco completo, de pe a pa, una noche tormentosa en Tinley Park, Illinois. Fue magnifico, una multitud encapuchada, en una noche nublada que solo al final del show dejo ver la luna. The Dark Side Of The Moon es sin duda uno de los 10 mejores discos de la historia de la música contemporánea y Waters, uno de sus mejores compositores.

Ernesto Aducci, publicista y productor del Rock Fest.


19. Bueno...¿qué puede significar para uno Dark Side of the Moon, que recién me está tratando de alcanzar en edad? Cuando el disco salió por primera vez, yo tenía como año y medio, así que no puedo decir que me cautivó desde que nací. Mis años mozos (y todavía) estuvieron más marcados por el metal que por otra cosa y, por eso, el primer CD que compré (aún sin tener dónde ponerlo) fue el Piece of Mind, de Iron Maiden.

Años (muchos) después entré en contacto con Pink Floyd (más allá del Muro y del bendito ladrillo en la pared) y, luego de Wish you were here, A momentary lapse of reason y varios otros, conseguí una copia del DSOTM bastante sencilla: sin librito, sin letras, sin mucho gráfico...Sólo música. Evidentemente a esas alturas ya había escuchado Money, Us and them y Time, pero nunca había tenido en mis manos el concepto completo.

He hecho todo lo que se debe hacer con ese disco, desde tratar de sincronizarlo con el Mago de Oz (la película, evidentemente) hasta escucharlo repetidas veces buscando las voces escondidas, los mensajes ocultos y demás.

La musicalización del disco es, sencillamente, fenomenal, a pesar de que ya por esas épocas empezaba el declive de Pink Floyd por los roces entre compañeros. Hay composiciones de todos los miembros del grupo y, si bien no hay una canción que resalte por algún virtuosismo específico de alguno de ellos (como, por ejemplo, David Gilmour y Comfortably numb) sí es un conjunto de obras musicales que nadie debería morir sin escuchar.

En el lado oscuro de mi opinión: el cierre de Us and them me parece monótono y aburrido, pero lo compensa ampliamente el trió de temas que cierra el disco. ¿Del uno al diez? Un ocho y medio.

Marcello Pignataro, ingeniero industrial.


20. No recuerdo exactamente cuándo fue que le puse verdadera atención al Dark Side of the Moon. No lo preciso. Sé que no es mi disco favorito de la banda, ni el que más me marcó. Sé que llegó a mí después de que Limp Bizkit, Korn y Linkin Park me hicieran “rebelde”. Y sé que en aquel momento lo sentí como música más seria que la que usualmente escuchaba (sin restarle méritos a nada que me haya influenciado antes). Tampoco recuerdo cuándo fue la última vez que escuché ese disco, pero sé que fue hace más de un año.

Hay varias canciones de ese disco que son parte del inconsciente colectivo, y todos las conocen. Yo las había escuchado, pero la experiencia de escuchar Money en la radio no se podía comparar a la ceremonia de darle play a un disco y escucharlo de inicio a fin, sin pausa alguna.

Lo que sí recuerdo perfectamente es que, cuando me concentré y escuché el disco de esa forma, lo que más me impactó fue que nunca antes había escuchado un álbum en el que todas las canciones estuvieran unidas, musical y líricamente. Cada una era parte de un todo, y cada historia se unía con la otra.

No fue hasta tiempo después que logré conectarme con las letras de Pink Floyd, que en buena parte me ayudaron a entender mejor el mundo y a desarrollar una suerte de ideología. Es por eso que los escalofríos que tuve cuando escuché el disco en la adolescencia vinieron gracias al canto de Clare Torry en The Great Gig in the Sky. Fue uno de esos momentos alentadores en los que uno se da cuenta de que sí, es cierto, la música puede envolverlo a uno de sentimientos que nunca pensó poder tener y ninguna otra cosa en el mundo puede proveer. Se me llenó el alma, a pesar de todo el escepticismo con el que trataba mi vida, y el existencialismo dejó de doler, aunque fuera por unos segundos. Por eso, estaré eternamente agradecido.

Alessandro Solís Lerici, periodista.



21. Disco que definitivamente tiene que ser entendido en  diferentes formas, contextos o épocas, en mi caso es un disco que la verdad lo escuché una vez pero no le dí seguimiento … tal vez por ser muy güila (10 años)…o simplemente porque no lo entendí  en ese momento… sin embargo al entrar a los 15 años fue como entrar en otra dimensión… el rock, el metal e inclusive la salsa pudieron más que el pop ochentero que venía pengando fuertemente en mi cabeza, en mi peinado  y hasta en mi ropa.

Como bajista entiendo el por qué de esa inclinación al  instrumento, Waters y sus reef tan mágicamente delineados lo engatusan fácilmente…pero creo que es más ese blues alucinógeno que PF produce. En fin…

Como anécdota creo que el detonante para que PF fuera la banda para mí y para muchos, fue  en el disco ANIMALS…mi tío gringo lo tenia en acetato original y no sé cómo me lo regaló… lo terminé de oir y me agradó tal que volví con el TDSOTM y lo pude entender… un día me parecía bizarre, otro día me parecía hipnotizador. Lo compartí con algunos compas del cole, del Liceo de Heredia, y todos jugábamos de vivos criticándolo… recuerdo que uno de los compas, Sergio, se consigiuó un broche de la foto del prisma y lo andata en la jacket: juro que sentí la necesidad de robárselo pero no paso a más.

El disco lo grabé en un casset MAXELL de cromo para que le fidelidad del sonido no se perdiera… los primeros días cumplió el cometido en mi Walkman… sin embargo la cinta cedió y se enredó en la grabadora de mi papá y hasta ahí llegó. Muy aguevado me vi en la necesidad de ahorrar la harina que mis tatas me patrocinaban para la jama en el cole, de esa forma encargué el original en Auco Disco, que quedaba por el cine Bellavista en Chepe… y lo logré. Cuando llegó me sentía demasiado contento y sin harina pero era mío y original, así, aquel brochecillo de Sergio era nada, comparado al Vinil, 100% inglés.  Aún lo tengo y pues no hay duda que TDSOTM tiene que estar en la colección de originales en la casa.

Carlos Moya, bajista e integrante de Digital 80.



22. Personalmente el DSOTM no es mi disco favorito de Pink Floyd, ya que generalmente la cualidad eterea y suave de Pink Floyd ha sido lo que más me ha llamado, siendo el Division Bell y el Meddle mis favoritos.

Para mí el éxito que tiene el DSOTM es su calidad de producción, décadas adelantada a su época; la incorporación de elementos electrónicos sampleados, y canciones excelentes, sin lugar a dudas.

La cualidad enviajante del disco, pero con ciertos baches densos y pesados, con coristas gritando por muchos minutos, me dificultan a veces escucharlo completo. Pero sin lugar a dudas es una joya como prácticamente todo los discos que han creado estos genios.

Jose Sibaja Figuls, guitarrista de Pneuma.