martes, 3 de julio de 2012

Restricción vehicular en Heredia: ¡qué salvada!



Sí, salvada porque ya estoy cansado de manejar todos los días, desde hace más de 15 años, desde y hacia Heredia.

Sí, salvada porque lo que voy a gastar ahora en los pases del bus lo saco de la rebaja que lógicamente obtendré en mi derecho de circulación por aquellos días que no podré sacar el carro.

Sí, salvada porque así el Incofer tendrá más recursos para comprar más vagones de segunda en España; invertir en el urgente cambio de la viejísima estructura del puente Negro (en el que se dio la mayor tragedia de transporte público en nuestro país); y hacer que el tren llegue más allá del mercado, volviéndose una opción de verdad atractiva y útil para los vecinos de comunidades heredianas que tienen línea de ferrocarril solo para estropear avenidas, como pasa en San Francisco, Mercedes Sur y San Joaquín.

Sí, salvada porque ante el mayor uso (a huevo) del tren, las autoridades invertirán en reparar de una vez por todas la mierda de calles que rodean la estación del mercado herediano, mejorarán la iluminación, dispondrán de más policías en esa peligrosa zona, y habilitarán un sistema de buses que repartirá a los viajeros del tren por las distintas terminales de rutas de autobuses heredianas, muchas ubicadas a más de dos kilómetros de distancia.

Sí, salvada porque los autobuseros heredianos invertirán la plata extra que recibirán en reparar los asientos, erradicar el olor a orines y darle más espacio para sentarse a los usuarios en sus unidades, sin obligarnos a ir doblados como grillos, chollándose las rodillas con el respaldar de adelante.

Sí, salvada porque la disminución en la cantidad de carros heredianos permitirá que finalmente se hagan las esperadas ampliaciones de los arcaicos puentes sobre el río Virilla en Santo Domingo y La Uruca, malditos embudos que tienen décadas de asfixiar la entrada y salida de Heredia.

Sí, salvada porque así quizá me salve de que me atrape el derrumbe que sin duda algún día ocurrirá en el estrecho paso que va de la Neón Nieto al plantel del MOPT del Virilla.

Sí, salvada porque entonces ya no importará que desde hace décadas se sepa que Heredia es el dormitorio de San José, sin que en infraestructura se hiciera el mínimo esfuerzo por lidiar con la esperable marejada de carros.

Sí, salvada porque la lógica dice que se construirán ciclovías o, sino, por lo menos aceras en calles de acceso a la ciudad en las que los peatones llevan las de perder.

Sí, salvada porque así la administración Chinchilla no tendrá que socarle a reparar la caverna de la General Cañas, dejando los puentes bailey ahí hasta el inicio de la próxima administración Arias.

Sí, salvada porque con la restricción vehicular el muy necesario proyecto de una radial a Heredia quedará en el baúl de las buenas intenciones, a la espera de ser retomado cuando Fernando Sánchez o Víctor Hugo Víquez ocupen algún puesto de importancia.

Sí, salvada porque la megaestación de autobuses que se construirá en alguna parte de Heredia tendrá un busto de Oscar Arias, quien desde luego cortará la cinta inaugural.

Sí, salvada porque la restricción vehicular en San José ha demostrado ser un éxito, con estadísticas que respaldan su implantación en otras ciudades, amparándose en datos indiscutibles de baja sensible en la factura petrolera y la emisión de gases contaminantes.

Sí, salvada, porque así nos evitamos aplicar una medida similar en San Rafael de Escazú o Lindora.

Y como dijo el sabio trovador panameño René Renegado...


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