lunes, 5 de diciembre de 2011

Las figuras noticiosas del 2011: ¿cómo lo vieron?

¿Cuál de ellas dos sí fue noticia en el 2011?

Sentarme a hablar con Rodrigo Arias era algo que, definitivamente, no estaba en mi agenda del 2011.

Ayer el diario La Nación publicó uno de sus trapitos de dominguear (y no porque fuera domingo): su especial anual con perfiles de las figuras que generaron más titulares noticiosos –para bien o para mal– en el año que termina. Y fue por él que, por insospechado que me resultara meses atrás, Rodrigo Arias y yo coincidimos en una misma habitación.

Este especial siempre me ha gustado, y como lector lo disfruto (legítima lectura de baño). Si bien secretamente siempre quise participar de él, no fue sino hasta el año pasado que se me invitó a tomar parte en el proyecto, lo que –sin que se notara mucho en mi cara– me hizo muy feliz.

Mi debut en este resumen coincidió con un cambio en su elaboración que, a mi criterio, fue un acierto. Antes los personajes solían asignarse a redactores relacionados con dicha fuente, que los conocían al dedillo y estuvieron detrás suyo todo el año. Sin embargo, desde el año pasado las asignaciones consideran otros factores, sin que el conocimiento previo de la figura sea ya lo determinante.

Como ejercicio periodístico esto me gusta, pues rara vez un compañero de Sucesos podrá entrevistar a un cineasta o bien alguien de Investigación charlar con una deportista. Además, es en este especial que muchos periodistas que rara vez escriben en el periódico –a pesar de su habilidad con la pluma– se manifiestan. Es en este especial en el que, para decirlo en bonito, todos tratan (tratamos) de lucirse (lucirnos).
Soy un redactor formado en las aulas del periodismo de espectáculos, acostumbrado a hablar  de música y cine. Por eso, mayor es el reto cuando a uno le piden escribir de cómo fue el año de José Antonio Lobo o Rodrigo Arias (en el 2010 también hice la pieza de Miguel Angel Rodríguez, con el detallazo de que el expresidente no me atendió).

Algo destacadísimo del especial es que, también, le da una ventana enorme al trabajo de nuestros compañeros de fotografía. En su momento fue Jose Díaz, el año pasado le tocó a Adrián Arias y ahora es Priscilla Mora quien se luce con un brete enorme desde la cámara, incluso retratando a los personajes con más estilo y arte de lo que los periodistas podemos hacerlo desde nuestra trinchera. Priscilla podrá ser pequeña, pero su trabajo es de gigante... ahí está para que lo vean.

Si bien cada redactor aborda de modo distinto el perfil correspondiente, me permito recomendarles las cinco piezas que más me gustan de la presente edición:

Las cámaras de velocidad, por Santiago Manzanal: el mejor texto, en mi opinión, del especial. Don Santiago es un filósofo y catedrático universitario a quien es más común leer en las páginas de Opinión. Su artículo sobre el fiasco de las camaritas en carreteras es tan divertido como instructivo, relatando con enorme gracia la telenovela del absurdo que protagonizó el Conavi por esos chunches vigilantes.

Ricardo La Volpe, por Ronald Matute: Matu enfrentó lo que, en principio, uno consideraría un problema, pues al momento de su designación como figura noticiosa del año, La Volpe ya estaba lejos, haciendo miserables a aficionados de otros lares. Sin embargo, Matu resolvió muy bien la ausencia del personaje, al reconstruir su año a partir del testimonio de otros, de los que estuvieron a su lado. Rónald ya el año pasado se había lucido con el perfil del ministro de Transportes Francisco Jiménez, la pieza que más me gustó del 2010.

René Castro, por Alonso Mata: El 2011, Alonso lo pasó en su mayoría fuera del país, precisamente en los meses en que Castro era la piñata de nuestra indignación, tras su desafortunada gestión como canciller al frente del tema Calero. Aún así, Alonso se la jugó muy bien, pues la entrevista del hoy jerarca del Minaet refleja la evidente congoja en la que el personaje vio pasar los meses. Mención especial por esta cita, la cual refleja con absoluta rudeza el cambio laboral de Castro: "Ya no se reúne con Hillary Clinton para hablar sobre la fiscalización del Fondo Monetario Internacional a los dineros privados que se manejan en el istmo, ahora lo hace con Leonora Jiménez para hablar del aleteo"...

Hannia Campos, por Michelle Soto: Cuando vi su nombre en el listado de personajes del 2011 no pude evitar levantar la ceja, pues la verdad hasta ayer no tenía ni idea de quién es Hannia Campos o por qué debería importarme lo que hace. Hoy me da pena reconocerlo.
Esta investigadora es el rostro de ese gran gremio que son los científicos costarricenses, a quienes cometemos el error de sintetizar en un único nombre (sí, ese). Hannia Campos ha analizado nuestros hábitos alimenticios y obtenido conclusiones de alto impacto en nuestra salud pública y nutrición. Por esto, me encantó el que Michelle rescatara las frecuentes menciones gastronómicas de la entrevistada, en un texto que huele a frijolitos, culantro y fresco de piña.

Hanna Gabriel, por Ernesto Rivera: el Ché es una de las mejores plumas de nuestra redacción para este tipo de periodismo y, en esta ocasión, tuvo la ventaja de tener enfrente a un personaje genial como es Hanna. Aún así, a Ernesto le abono que logró decir cosas nuevas de la persona de la que más se ha hablado este año en Costa Rica.

Sobre los personajes seleccionados hay mucho que señalar.

  • Los méritos, como suele suceder, descansan en exponentes del deporte, las artes y las ciencias. Tremenda ironía en un país que destina una cuecha a esas áreas, totalmente marginadas en las políticas estatales y en las que aquellos que destacan lo hacen por legítimo amor a la camiseta, poniendo plata de su bolsa para logros que luego todo el país adopta como suyos.
  • La clase política sigue siendo sinónimo de mediocridad y verguenza. El peor canciller desde que tengo memoria; un expresidente condenado por corrupto; un diputado cuestionado; el líder de un partido que se aprovechó del Estado; un aspirante presidencial que pasó todo el año en la picota... ¿En serio tanto cuesta encontrar un político que se haga notar por los motivos correctos?
  • En nuestro país ni siquiera los personajes no humanos pueden dar la cara: la Caja Costarricense del Seguro Social (el texto de Arnoldo Rivera es una joya, léanlo, por favor), el puente de la platina y las cámaras de vigilancia en carretera son evidencia de nuestra mediocre gestión estatal, de lo que pasa cuando la ineptitud se viste de burócrata. Y no me digan que el Estadio Nacional –el otro personaje no vivo– contradice lo anterior, pues si está así y funciona tan bien es porque los chinos así lo planearon. Haga una pausa e imagínese qué sería del proyecto de este recinto si la construcción hubiera sido local... hasta los coperos de La Sabana estarían reclamando expropiación... y se las pagarían.
  • En mis temas más cercanos, me sorprendió el que Pneuma lograra un espacio en el especial, pues los géneros musicales "extremos" suelen quedarse por fuera de estos compendios, al menos para los grandes medios de este país. Afortunadamente Arturo Pardo está en todas y dentro del texto hizo la mención de otras bandas que han dado la pelea este año, pasaporte en mano, como Billy the Kid, The Great Wilderness, Sonámbulo y Las Robertas. Aún así, no nos llamemos a engaño: su impacto sigue siendo bastante pequeño porque somos un país que dura en darse cuenta de lo bueno que tiene, musicalmente hablando. Mientras tanto, mejor celebremos a los Beatles, que esos no le quedan mal a nadie.
  • El la primera vez, al menos que yo recuerde, que el presidente de turno no figura en la lista (hasta Abel Pacheco quedaba, aunque fuera por inoperante). Del gabinete de Laura Chinchilla solo se "destacó" al excanciller Castro, por los tristes motivos ya expuestos, y la mandataria brilla por su ausencia, lo cual solo viene a ratificar lo que todo el mundo comenta: Laura Chinchilla desapareció y su peso  en las decisiones del país es igual al del chiguagua de Taco Bell.
  • ¿Ausencias? Algunas, podría ser, aunque desde luego que todo esto es relativo y subjetivo. En una lista que solo incluye a dos mujeres, definitivamente me hizo falta el nombre de Shirley Cruz, quien al ganar la Champions europea de mujeres se convirtió en la costarricense que ha obtenido el título más alto del futbol internacional con un club profesional. También eché de menos a la exministra María Luisa Ávila, quien hizo todo el aspaviento posible para robarse el show al dejar la cartera de Salud, y a Nery Brenes, que pese a un año no muy brillante, lo salvó de la mejor manera en los Panamericanos. Además, si entró Minor Vargas, pues el mismo "mérito" logró Carlos Pascall, con el punto a su "favor" de tener a muchas fuerzas sociales de Limón pidiendo la libertad del "filántropo".
  • Finalmente, la gente parece que aún no termina de entender que noticioso no es sinónimo de meritorio. El año pasado me asombré de la cantidad de reclamos de lectores que nos señalan por destacar a tanta gente impopular, como si escribir de un empresario encarcelado o un político cuestionado respondiera a un interés de lavarle la imagen a esas figuras... ¡Todo lo contrario! Los ticos tenemos memoria de teflón y en dos meses nos olvidamos de aquellos que nos tomaron el pelo, así que volver a aquellos pasajes no solo es necesario, sino obligatorio. El que vivamos en el país más feliz del mundo (ah pecado) no justifica que queramos siempre esconder la basura bajo la alfombra.

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