lunes, 11 de julio de 2011

Pearl Jam, Chili Peppers, JL Guerra... ¿de dónde saco pa' tanto chivo?

Los Peppers, Eddie Vedder... y Larry Flint.
Se puso bonito el cierre de año para los que creemos que pagar por ir a un buen concierto no es un gasto superfluo.

El Estadio Nacional es el que copará la agenda de aquí hasta noviembre, con cuatro espectáculos ya anunciados en ese recinto. A saber: Juan Luis Guerra (25 de agosto); Red Hot Chili Peppers (12 de setiembre); Judas Priest/Whitesnake (27 de setiembre), y Pearl Jam (20 de noviembre).

Tener opciones es lo mejor que le puede pasar a los consumidores y, como tales, es sencillo empezar ejercicios de descarte, para ver cuál es la mejor inversión. En mi caso, tengo muy claro que la prioridad, por mucho, se la lleva Pearl Jam, con los Chili en el segundo puesto, y Juan Luis de tercero. A Judas Priest ya lo saqué de la carrera por mis colones.

La venida de Pearl Jam es, a todas luces, histórica. Es el grupo que mi generación pidió por años y hoy, dos décadas después, al fin se nos hace que Eddie Vedder y los suyos pasen por acá. Pearl Jam es el único grupo de los 4 grandes de Seattle que sobrevivió sin mayores bajas a su propio éxito, a los cambios de moda musicales y se las arregló para seguir vendiendo millones de discos y reforzar sus ideales. Nirvana murió con la escopeta de Kurt Cobain; Alice in Chains apenas si logró reponerse de la sobredosis mortal de Layne Staley y Soundgarden volvió solo por plata, una vez que Chris Cornell comprobó que su carrera solista es cosa de risa.

Pero Pearl Jam siempre se mantuvo, nunca aflojó, dio la cara y en los últimos años ha hecho algunos de los mejores discos de su ya dilatada carrera. Hoy que se confirmó, por medio del Ten Fan Club, que sí estamos dentro de la gira latinoamericana, lo que queda es ponerle precios al asunto.

Este concierto tiene un intríngulis interesante, pues varias fueron las productoras que se pelearon su paternidad. Ernesto Arceyuth, de la productora Marketing Advisor, dijo que él fue quien reservó en el Nacional la fecha del 20 de noviembre, aunque al final parece que fue Don Stockwell quien amarró a mi grupo preferido. Esto genera un conflicto de resolución interesante, pues ambos productores deberán ponerse de acuerdo, a fin de que Arceyuth ceda su derecho sobre la fecha a su competidor.

Segundo en preferencia vienen los Chili Peppers, con la ventaja de que su concierto está mucho más cerca que el de Pearl Jam (da tiempo de reponerse financieramente). La banda de California vendrá con su disco nuevo recién estrenado, pues se lanza a finales de agosto, y con guitarrista nuevo, con un desconocido (al menos para mí)  Josh Klinghoffer ocupando la guitarra que, otra vez, dejó botada John Frusciante. En contra de los chiles está el que ya vinieron (en el 2002), con lo que el público más tibio podría mostrar mayor resistencia.

Lo que sí queda claro es que entre Pearl Jam y los Peppers se pasearon en el combo Judas Priest/Whitesnake. Ya con el calendario claro es fácil ver que el chivo de veteranos metaleros será el que pague los platos rotos de la sobreoferta de conciertos. Según evidenció semanas atrás Stockwell en el perfil de Facebook  de su empresa Tropix II, la venta de entradas necesita calentar más, algo que veo difícil suceda en las actuales circunstancias. Whitesnake es un bonus agradable pero en su nombre dudo que se vendan más de cinco entradas, por lo que el peso le queda a Judas, cuyos fans más fiebres de fijo ya tienen su boleto pero no alcanzan, ni por asomo, para llenar el Goloso de La Sabana. Así, la expectativa está en el público espontáneo, ese que toma la decisión de compra dos días antes o incluso la misma tarde del chivo. Y ahora, sabiendo que están Pearl Jam y los Peppers en el vecindario, ese comprador difícilmente se decantará por dos grupos de metal que no pegan una pieza desde hace 20 años.

A esto súmele la inminente presentación de Juan Luis Guerra, sin duda el músico tropical más respetado, incluso por los que solemos arrugar la cara ante los estilos latinos bailables. Guerra es de esos artistas que no empachan, pues esta será apenas su tercera presentación en el país y perdérselo es pecado.

Finalmente, esta avalancha de conciertos también pone sobre el tapete el tema del Estadio Nacional y quién es el que verdaderamente manda ahí. Luis Peraza mandó a volar a Evenpro y los Chili Peppers, a pesar de que la productora ya había reservado la fecha respectiva con Randall Gutiérrez, el administrador del inmueble. Sin embargo, solo una semana después la junta administradora del estadio confirmó que el concierto sí se haría ahí, tal y como se pactó, echando por el suelo los alegatos expuestos por Peraza para la cancelación del permiso. Estamos ante una evidente cadena de desautorizaciones que deja mucho qué desear sobre la toma de decisiones en el principal escenario deportivo del país.

Pero eso es harina de otro costal.

Mientras tanto, entremos en calor con la mezcla perfecta: Eddie Vedder + Flea (y Jack Irons, el conecte místico entre Pearl Jam y los Red Hot Chili Peppers):

1 comentario:

  1. En lo que sí estoy de acuerdo con vos es que Chilli y Pearl se van a disputar los cinquillos de los ticos... Creo que Pearl lleva las de ganar porque es uno de los grupos más esperados entre los seguidores y sería la primera vez en el país...

    Juan Luis Guerra... pues ese me parece que sí es harina de otro costal, aunque me sorprende que esté en tu lista.

    Saludos,
    Katmarce--
    submarinopimienta.blogspot.com

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