viernes, 3 de junio de 2011

X-Men First Class: la franquicia resucita


No hay quinto malo... que lo digan los X-Men.


Ayer los astros se alinearon (aka: Emma hizo visita nocturna a los titos) y Mónica y yo pudimos aceptar la invitación de los amigos de Discine para ver, un día antes de su estreno mundial, X-Men: First Class, el quinto filme derivado de la franquicia de mutantes creada por Stan Lee y Jack Kirby para Marvel Comics.

Quienes me conocen saben que este tipo de estrenos cinematográficos me provocan los instintos más básicos y cual carajillo esperando lo nuevo de Ben 10, yo cuento los días, me como las uñas, paso metido en foros geek de pedigrí diverso y me imagino todo tipo de argumentos a partir de lo que uno ya conoce de antemano: los cómics.

Sin embargo, First Class estuvo muy alejada de mis expectativas, porque no me esperaba algo tan bueno... ¡la maldita película es una obra de arte!

Y sí, en adelante empezaré con un desvergonzado recuento de spoilers, así que si no quiere que le eche a perder las sorpresas de la película, entonces es mejor que se aleje de este blog... al menos por hoy.

First Class funciona como "precuela" a la trilogía original de los X-Men, relatando la juventud y formación de algunos de los principales personajes que conocimos en los primeros filmes, con un transfondo que va de la II Guerra Mundial a la crisis de misiles del 62. Y si bien la mayoría de las precuelas suelen quedarse cortas con respecto a los títulos que las inspiramos (Star Wars, El silencio de los inocentes...) creo que aquí tenemos un ejemplo de lo inverso: no me da miedo decir que estamos ante una de las mejores entregas de la saga mutante.

Los Hombres X llegaron, de la mano de Bryan Singer, al cine en el 2000 con X-Men, seguido muy de cerca por X2 (2003). En estas dos películas, Singer nos hizo creíble que entre nosotros hubiera telépatas, que un tipo de peinado ridículo tuviera adamantio en los huesos y que jovencitos pudieran controlar el hielo y el fuego a su antojo. Los mutantes le gustaron a todos, con películas tan bien hechas que le agradaron tanto a Sheldon como a Penny.

Con una tercera y cuarta película de la franquicia entre manos, a Singer se le metió el agua, se enamoró de Superman y dejó todo tirado para hacer uno de los mayores fiascos de la última década. Así, Wolverine y compañía pasaron a manos de Brett Ratner, quien ocupó la silla de director para X-Men: The Last Stand (2006). A diferencia de los muchos que la aborrecen, a mí la entrega de Ratner me pareció sobria y de hecho mucho más dramática y sorpresiva que las cintas a cargo de Singer (no se me olvida cómo todo el cine se quedó sin aire cuando Jean mata a Charles Xavier... ¡Ratner mató al Profesor X, Jean y Cíclope en una misma película!).

Sin embargo, parecía que a la historia se quedaba sin gasolina y trabajar con un elenco de tantas estrellas ya no era viable, por lo que Fox le apostó al actor estelar de toda la trilogía y, de paso, por mucho el personaje más popular entre los mutantes. Hugh Jackman se embarcó por su cuenta en una abominación titulada X-Men Orígins: Wolverine (2009), cinta bastante atolondrada y decepcionante que, a excepción de unas cuantas escenas de acción, no es digna de mayor mérito.

La película de Wolverine me dejó un sinsabor enorme, especialmente por haber desperdiciado a personajes enormes del cómic, como Gambit y Deadpool, que hasta ese momento hacían su debut cinematográfico. Eso sí, si tengo que escoger me quedo, por mucho, con el Sabretooth de Liev Schreiber.

Aquel paso en falso parecía el tiro de gracia para la saga, al menos en el cine: Ryan Reynolds se olvidó de Deadpool para vestirse de Linterna Verde (un error, en mi criterio) y el proyecto de un Origins sobre Magneto quedó en la papelera de reciclaje... algo que anoche me quedó claro fue un acierto.

First Class es una sorpresa a todas luces. Desde los primeros trailers se notaba que el filme era más que decente pero nunca me pasó por la cabeza que hoy lo contaría entre las mejores adaptaciones cinematográficas de un cómic. Y cuatro son los culpables de esto.

Primero está el propio Singer, quien volvió al rebaño después de su súper pelada y fungió como productor ejecutivo de la nueva película, dándole así un vínculo natural con la trilogía original. El cineasta era la primera opción para dirigir pero al final prefirió dejarle la tarea a su colega Matthew Vaughn, el genio detrás de la llegada de Kick-Ass al cine. Y, sin lugar a dudas, gran mérito también le corresponde a James McAvoy y Michael Fassbender, los jóvenes Charles Xavier y Magneto, respectivamente.



Fassbender es perfecto para interpretar a un Erik Lehnsherr que apenas da visos del gran villano que llegará a ser, siendo además un dignísimo heredero del casco que antes ocupó el gran Ian McKellen. Y ni qué decir de McAvoy, actor que tiene un olfato infalible para escoger sus roles (El último rey de Escocia, Wanted...). Ambos permiten que sean las interpretaciones, y no los efectos, los que lleven el mayor peso dentro de First Class, mostrándonos aquellos antecedentes de amistad, cariño y mutua admiración que hacen de Xavier y Magneto dos de los némesis más cercanos de la historia.

Aplaudo también el tratamiento del personaje de Mystique, encarnado ahora por la talentosísima Jennifer Lawrence, que aún tiene fresca su nominación al Oscar por ese peliculón que fue Winter's Bone. Cruzar su pasado de un modo tan estrecho con el del Profesor X  y Erik ayuda a generar un inesperado triángulo de afinidades y motivos que, a su vez, le da mayor sentido a la posterior relación entre ella y Magneto.

Dado que a estas alturas, después de cuatro películas, ya la mayoría de los mutantes interesantes ya estaban tomados, Vaughn raspó la olla y echó mano a personajes de "segundo orden", del tipo que uno nunca tiene en mente cuando va a comprar una figura de acción (jetón el que diga que Banshee es su X-Men predilecto).

Y empiezo por Banshee porque siempre me pareció un tipo patético, con un poder horrible: ¿quién quiere gritos cuando puede tener garras o visión calórica? Hoy, gracias a la película, Banshee tiene mi respeto... y Havok (eclipsado siempre en protagonismo por su hermano Cíclope).

Otros ciertos de la película: relatarnos el génesis de Bestia; incluir a actores que son íconos, como Oliver Platt y Michael Ironside; presentarnos, por fin, a la bella y temible Emma Frost, en el que considero sí es su merecido debut oficial en el cine (su inclusión forzada en Wolverine no cuenta); y el introducir a Azazel, un genial demonio teletransportador parecido a Nightcrawler y que pelea con un ninja.

Personajes flojos hay varios, empezando por Angel Salvatore, interpretada por Zöe Kravitz, hija de Lenny Kravitz y Lisa Bonet. También Riptide me pareció que sale sobrando.

Pero esas pequeñas fallas del elenco se ven compensadas con el trabajo de un actor incombustible, que es demasiado bueno haciendo de malo y que hace rato se ganó el título de leyenda.



Kevin Bacon es un titán.

Trate de pensar en una película mala de Bacon... ¿cuesta, verdad? First Class no es la excepción y en ella Bacon es el sádico Sebastian Shaw, un mutante con un estremecedor currículo, pues no solo desata los demonios internos de Magneto sino que es "la mano peluda" detrás del conflicto de los misiles cubanos del 62: un terrorista-estadista que mueve fichas por igual en Moscú que en Washington, acercando al mundo a un conflicto nuclear del que solo su especie saldrá victoriosa.

Y todo esto nos lleva a un desenlace brutal en una playa de ¿Cuba?, donde toda la trilogía original cobra sentido.

First Class me devolvió la fe, me devolvió a mis personajes Marvel preferidos y me hace soñar con más películas de este joven equipo, con una nueva trilogía. Ahora quiero ver a Magneto y Emma Frost trabajando juntos y, por qué no, soñar con la llegada del Señor Siniestro o del mismísimo Apocalipsis.

RECONTRA SPOILER

No espere un cameo de Stan Lee (esto no es Spider-Man) pero sí de la Mystique original, Rebecca Romijn, y muy en especial, de Hugh Jackman, quien se convierte así en el único actor en aparecer en los cinco filmes de la franquicia.

Ah, y no haga tonto quedándose hasta el final de los créditos con tal de ver una escena extra, que no hay tal... Como bien dijo otro fiebre cuando se prendió la luz: "Pollos todos".


4 comentarios:

  1. Hola Vic: La verdad a mí no me pareció taaan re-buena. Digo, no es mala, pero tampoco es tan espectacular como la describes, para mi gusto, incluso hubo ocasiones que la sentí un poco cansada. Pero es interesante tu perspectiva, tomando en cuenta que sos un verdadero fan de los comics, eso puede indicar que los fans se van a sentir complacidos.

    Y ciertamente, no te guardaste nada para los que no la han visto jejejeje...

    Katmarce--
    submarinopimienta.blogspot.com

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  2. pues si estuvo buena la pelicula creo la mejor de todas las que an salido pero por que sacar a azazel tan pronto¿? digo y ponerlo como subordinado¿? como si se supope que el es muy poderoso que no¿?.

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  3. la peli estuvo buena. seria lindo que hicieran una con la señorita marvel!!!

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  4. Hola, la verdad es que concuerdo contigo, es lo que pensé al ver la película, solo que tu lo describiste con las palabras perfectas. A mi me pareció un acierto total sobre todo por el elenco, creo que la convierte en la más atractiva de ver sólo por esa razón. Resulta un tremendo agrado ver la precuela de una saga que he seguido durante varios años ser protagonizada por actores como McAvoy, Fassbender, o Bacon, que están entre mis favoritos. Para terminar con mi comentario me quedo con lo que dijiste y que me parece lo más importante o al menos lo que a mi más me gusta de esta película y es que son las interpretaciones y no los efectos los que hacen a esta una muy buena película.

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